
Los seres humanos atravesamos la crisis moral más grande de la
historia.
Los excluidos económicos:
Por el triste lugar que ocupa para la humanidad este sector voy a colocarlo en primer lugar.
Los ignorados del mundo mueren frente a nuestros ojos, enfermos de enfermedades fácilmente curables.
Nadie se siente responsable.
Todavía se escuchan voces y muchas, que hablan de vagancia, alcohol y drogas.
Avalan con este lamentable discurso la política de autodestrucción del mundo y argumentan que se merecen lo que les pasa ya que no piden trabajo sino dádivas.
Los excluidos emocionales:
Este sector se siente enajenado del sistema. Sin otras herramientas que las aportadas por su condición económica salen al mundo pero no desean formar parte del mismo. La droga, el alcohol, la violencia y otras manifestaciones de su descontento los colocan a la par de lo excluidos, porque en rigor de la verdad son excluidos emocionales del estilo de vida.
Paradoja:
Unos y otros, por motivos diferentes, no pueden ser felices en este estado de las cosas.
Es hora de reflexión.
Crisis de valores:
En un sistema donde la injusticia es de tal magnitud que se mueren niños por falta de agua potable y por otro lado los científicos más importantes buscan la panacea para eternizarse en la vida, hay algo muy perverso que funciona muy mal.
Cuando el único objetivo que nos venden es tener, tener y tener, a costa de lo que sea, la vida se vacía de contenido.
Como consecuencia de este tener a como dé lugar vemos ante nuestros ojos el sometimiento de unos contra otros.
No se trata de servicio sino de esclavitud.
Y es lamentable el meta mensaje que le enseñan a sus hijos.