Herque

Dónde se oculta el misterioso viento,
que escucho resonar entre los árboles,
desde dónde surge el melodioso eco,
que da música a los silentes cerros...
Aquí o allá,
las cadenciosas ondas,
dan lugar a transparentes fusas,
y allí constela la emocionada nota
un universo en el solitario herque...

Primavera

La primavera reencarna los sentidos, lugar del viento, entrecejo del sol, la lluvia se entretiene entre las hojas, mientras la piel se entibia de alborozo...
Las rosas y los lirios, las fresias y los nardos moldean sus colores mutando en arco iris.
De flor en flor revolotean las abejas, tejiendo primorosas, ese vuelo nupcial de miel y polen,
cuando el olor a incienso habita el cielo, amorosos duendes posan en tu mano...

Café con Lavanda

Me sabe a luz
esta mañana pálida de sol...
Quietud,
en medio del enmarañado ritmo matinal...
Embeleso místico
en el cielo acunado de holganza...
y este sensual olor a café
que espera medialunas.
No hay escondites
que inviten al encuentro...
las sensaciones pasan por la piel del día,
la poesía no se ausenta
donde el amor descansa...
porque el amor
no duerme siestas largas...
Hoy me recojo en mí misma y me deleito...
sorbo a sorbo,
este rico café me entibia el alma...
Y un olor a lavanda me transporta
hacia un lugar de mi pasado muy querido...
Y me sube el placer a la cabeza,
me acaricia la piel este delirio
donde un mimo gozoso de ternura,
me arroja a la vida en alegría.

Vuelo cortito

Quiero recordar del árbol,
solamente su fronda;
Del trigal amarillo,
sólo el pan en mi boca,
la ilusión a los quince,
el sabor a vainilla,
el beso enamorada,
la esperanza que fue ...

Quiero crecer despacio,
para llegar más tarde,
en el tren de la vida
faltan pocas escalas,
no regalo por ello,
alegrías en vano,
ni derrocho dolores,
ni escatimo reíres...

Quiero volar muy alto
hacia cumbres lejanas,
conocer otros cielos,
respirar otro aliento,
saber que la locura,
no tiene pertenencias,
encontrar a los sueños,
su secreto y mi ser...

A mucha distancia de mi tierra

Los ojos devuelven
un cierto juego insondable.
En medio de luces y sombras,
el hombre,
alumno y a veces maestro,
nos permite desde tan lejos mirar.
En esta inmensidad,
que es la bendita Tierra,
todo aquello que llega,
llega rebozante de plenitud,
exultante de belleza...
Es imposible no conmoverse,
sentirse parte de esta divinidad,
santificarse de arrebato,
fundirse en la unidad...